Experiencia a AVIVA – Salamanca

Descripción de las actividades

Nuestra visita a AVIVA comenzó conociendo a Rubén, un chico que nos contó su historia. A raíz de un accidente se rompió la médula espinal, quedándose con las piernas paralizadas. El objetivo de los voluntarios era entonces el de darnos la posibilidad de experimentar lo que significa tener una discapacidad, es decir, practicar una serie de deportes adaptados.

Al principio nos dijeron que nos dividiéramos en parejas: una persona de cada pareja tenía que ponerse una mascarilla para simular que estaba ciego. El otro tenía que guiar al ciego.

Después nos dividimos en otros grupos de cinco personas para hacer diferentes deportes adaptados. El primero fue hockey, que normalmente es para las personas en sillas de ruedas, pero nosotros lo practicamos normalmente. El segundo fue voleibol, al que jugamos con globos en vez de una pelota;  un jugador tenía que ponerse la mascarilla y los otros tenían que decirle dónde dirigirse para coger el globo. El tercero fue la petanca, en la que podíamos elegir si ponernos antifaz o no. Practicamos el cuarto deporte todos juntos: consistía en una adaptación del fútbol para ciegos, el futman. Había tres jugadores delante de cada puerta y tenían que arrodillarse poniéndose un antifaz. Después tenían que lanzar una pelota que tenía sonajeros dentro e intentar bloquearla basándose solo en el sonido.

Terminó así nuestra experiencia en AVIVA.

Conclusión

La experiencia en AVIVA fue increíblemente instructiva, emocionante y también desafiante, porque a veces no es fácil confiar en el otro, sobre todo cuando no se puede contar con los propios sentidos. He aprendido que tenemos mucha suerte aunque algunas veces no sabemos disfrutar de todo lo que tenemos en nuestra vida.

Me quedo con la historia de Rubén y su hija y con el objetivo de no ser tan negativa, porque hay personas como él que aunque no tengan las mismas posibilidades, no conocen límites.