Junto a este instituto fui dos veces a España. La primera durante el segundo año, y la segunda hace un año, en cuarto.

Fuimos a Salamanca, famosa por ser la cuna del castellano. Es una pequeña ciudad ubicada en la comunidad de Castilla y León, cerca de Madrid.

Creo que es una ciudad preciosa gracias a su arquitectura histórica. Algunos ejemplos son la Catedral Nueva de Salamanca, la Plaza Mayor, la Casa de las Conchas, el Convento de San Esteban, el Puente Romano y el Convento de las Dueñas entre otros. Todos estos edificios son tan importantes y representativos de una época que el centro histórico fue registrado en la lista del Patrimonio de la Unesco.

Durante el primer año visitamos la ciudad guiados por guía de turismo  españolas. Subimos a las torres de la Catedral y disfrutamos de la maravillosa vista.

Por la mañana teníamos clases de español de interacción oral y de gramática. Fueron muy interesantes y los profesores muy buenos y también agradables.  Lo que me ha impresionado más fue, sin duda, el Barrio del Oeste, una parte de la ciudad rica en murales de todos los colores con escritas o imágenes. Me transmitió alegría porque es un lugar muy divertido, sereno, tranquilo y colorea la ciudad. Me encantó.

Sin embargo, el viaje que me ha gustado más fue el segundo, probablemente porque lo viví con más consciencia.

Mis compañeros de cuarto y yo visitamos algunas ciudades cerca de Salamanca y además hicimos actividades para completar el proyecto de Alternanza Scuola-Lavoro.

Las ciudades que visitamos fueron muy bonitas. Primero fuimos a Tordesillas, rica en valor histórico gracias a la casa del Tratado donde España y Portugal se dividieron las colonias de América en 1494.

Después fuimos a Valladolid. Esta me encantó, no solo por su arquitectura, sino sobre todo porque en aquellos días había protestas pacíficas contra el referendum de Cataluña, entonces en la Plaza Mayor vimos a mucha gente con banderas de España que crearon una atmósfera muy peculiar y fascinante. La plaza se volvió roja y amarilla, fue increíble.

La última ciudad que visitamos fue Ávila, rodeada por una muralla con 80 torres para defender el centro histórico en la antigüedad.

Además de las visitas a lugares importantes, hicimos actividades para el Proyecto de Alternanza. La que me llamó más la atención fue la de AVIVA.

AVIVA es una fundación sin ánimo de lucro que tiene como finalidad defender los derechos y mejorar la calidad de la vida de las personas con discapacidad y de sus familias, orientada a la inclusión y a la participación en la comunidad.

Participamos en juegos adaptados para personas con discapacidades como por ejemplo el hockey, el voleiból, el fútman y los bolos.

Con esta actividad aprendimos mucho sobre la importancia de tener cuidado en nuestra vida y valorarla. Lo más importante fue aprender que, incluso después de un accidente, la vida no se acaba y es importante ser positivo y mirar al futuro.

Estas experiencias me acercaron a la cultura española,  sobre todo porque, durante la permanencia, no nos quedamos en un hotel, sino que fuimos a casa de familias salamantinas. Por lo tanto, estábamos obligados a hablar en español, mejorando nuestro nivel de lengua. De hecho, después de estar dos veces en Salamanca, me he dado cuenta de que he mejorado mi fluidez.

Estos viajes fueron muy útiles para mí porque me ayudaron a comprender que realmente me gustan la lengua y la cultura españolas y que quiero profundizarlas en la universidad.

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